Si hubiese sabido que no ibas a volver, no te hubiera esperado sentada aquí, con tu rosa ya marchita en mi mano, con las espinas clavadas. Te fuiste, no te importó. Consumiste mi vida, desde la distancia. Me hiciste esperar tantos siglos... Que olvidé mi cuerpo, y mi alma aún sigue atascada aquí.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario