THOUSANDS OF FREE BLOGGER TEMPLATES

sábado, 29 de enero de 2011

El Cazador De Almas. - Introducción. 1

Fuí enviado por Belcebú. Desde que tengo memoria. Soy hijo de la nada... me criaron las ninfas de las tinieblas. Mi infancia nunca tubo un momento de euforia... Pero, según el pensamiento humano, mis momentos de felicidad fueron momentos grotescos y retorcidos... pero sonreía, así que no era tan malo... ¿O sí?
Nunca ví al Amo y Señor en persona, pero dicen las ninfas y mensajeros que su presencia es impactante y paralizante.
"Él mandó a decirte que tu plazo aquí casi termina... Sólo te falta unas cuantas tareas por hacer..."
No sabía si ya quería irme... Por otro lado, no tengo opción. Las ninfas dicen que la luz del Sol es sofocante y la piel se pudre con sólo iluminarse por ella... Nosotros sólo salimos por las noches o los días de espesa neblina. Así somos casi invisibles. Aunque yo no soy como las Ninfas, ni como los mensajeros, ni como El Amo. No soy como nadie. Aunque se comenta que soy como un humano, aunque yo no veo nada humano en mí.
Yo no estoy en El Reino por nada... Yo nací para servirle al Amo, a Belcebú. Yo soy el que caza las almas para su placer... Pero el dijo que me liberaría porque no podía conservara a un alma con vida por mucho tiempo. Si yo me quedaría aquí al cumplir los diesiocho todo El Reino se disolvía por completo, incluyéndose a el Amo y toda su "compañía". Es un arreglo que tubo que hacer hace mucho tiempo, según cuentan las ninfas.
Me pidieron traer cien almas más y, al terminar con mi tarea, tenía que traer otra alma viva para mantener este puesto, porque un alma muerta no tiene la misma fortaleza que una viva, y esto no puede terminar luego de mi liberación. La verdad es que cazar cien almas no toma mucho. Lo que tomará bastante tiempo es entrenar a aquella desafortunada alma que abandonaría todo para hacer este trabajo sí o sí. ¿A quién debo escoger? No lo sé. Dicen los mensajeros que debo encontrar a alguien con el Aura lo suficientemente oscura como para ocupar mi puesto. Y, por supuesto, debe ser humano, y en lo posible, que sea fácil de desaparecer su humanidad, como lo hicieron conmigo, aunque fui "criado" así. Tengo que disimular, camuflarme... para poder encontrar a ese alguien, es mi pobre y triste tarea, pero primero... debo obedecer a la lista de almas que me debo llevar. Me llamo Cheos y tengo diescisiete años. Y soy un cazador de Almas.

0 comentarios: