THOUSANDS OF FREE BLOGGER TEMPLATES

domingo, 30 de enero de 2011

El cazador de Almas - Introducción 2da parte.

¡Ya el último día! Afortunadamente terminé mi año escolar con honores...
Mis compañeras me invitaron a festejar en algún restaurant de la ciudad, pero prefería llegar a mi casa a escuchar música y aprovechar al máximo y en soledad mi primer día de vacaciones...
Me dirigía camino a casa. Estaba feliz de que me encontrara sola y con mi comida en la heladera, como de costumbre. Caminé porque el colegio sólo quedaba a unas cuadras y tomé el camino más solitario, para evadir la muchedumbre de alumnos festejando y eufóricos.
Por el camino solitario era de mucha paz: Las casas antigüas, las veredas desquebrajadas por las raíces de los arboles, la sombra de las hojas bañando todo el paisaje, y lo mejor de todo: Ni un alma.
Pero de repente siento un fuerte golpe en mi nuca. Dos hombres altos y robustos me tomaron de los brazos por detrás y quisieron mi mochila y celular.
"¡Celular no tengo ahora mismo! Y mi mochila sólo contiene útiles." Dije nerviosa y alborotada. Todavía el golpe retumbaba en mi cabeza.
"Entonces nos vas a pagar de otra forma..." Dijo uno de los hombres robustos. Comencé a llorar. Quise gritar pero me taparon la boca mientras tomaban mi mochila. Cerré los ojos fuertemente y de repente sentí una repentina liberación: Los dos hombres cayeron en un golpe seco, inconscientes. Me di media vuelta y vi un muchacho con aspecto sombrío, de cabello oscuro y tez pálida.
-"Ya no te molestarán."- Dijo y me miró fijamente.
-Emmm... Muchas gracias. - Dije mientras me secaba las lágrimas.
-Tu aura... Es muy tenue y extraña.
-¿Mi que?
-Nada. - Dijo mientras se corría un mechon de pelo de la cara. Miró para abajo y luego me miró a los ojos. -Tiene el color de tus ojos.
-¿Mis ojos?- Estaba sorprendida. Mis ojos eran de un gris verdoso.

Nos quedamos parados ahí. Me estaba recuperando del shock, y los hombres no se movían. Recogí mi mochila y comencé a caminar. No quería parecer maleducada entonces dije:
-"¿Hacia donde vas?"
-Hacia allí (señaló hacia donde iría yo).
-¡Ah! Entonces vamos juntos.
Caminamos, casi en silencio. Ni siquiera me preocupé por esos dos tipos, si estaban vivos o muertos. Tampoco sentí miedo por mi extraño salvador, ni por su presencia lúgubre e impactante. No dejaba ver su cara mucho, y su forma de hablar era decidida e intimidante. No tenmía un acento similar al mío por lo tanto no era de por aquí, igualmente no sabía mucho de acentos.
-¿De dónde sos? - Dije rompiendo el hielo.
-De muy lejos. Estoy de visita.
-Ah, entiendo. ¿Te gusta por acá?
-Em, la verdad no me importa.
-Tus padres te obligaron, ¿No?
-¿Qué?- Se quedó en silencio un momento, cuando estaba por contestarle, habló - Ah. Sí.
-¿Edad? - Seguí hablando.
- Diescisiete. Y tu...
- Diesciseís. - Dije.
-Ya veo. - Dijo sin mirarme.
-Bueno, yo doblo acá. Nose si doblás conmigo o...
-Yo sigo derecho. Adiós.
-Chau, y... gracias.
-No hay porqué. Era mi obligación - Dijo con seriedad.
-No... de enserio, no era tu obligación...
-Si, era mi obligación, tenía que hacerlo.- Dijo aún con más seriedad.
-Ah. ¿Cuál es tu nombre? - Dije antes de irme. Tenía que saber el nombre de mi salvador.
- Cheos. - Pregunté de nuevo. Y me volvió a contestar sin hacer gesto, con la misma seriedad. Era un nombre que nunca había escuchado. - ¿Y el tuyo?
- Erica. - Le contesté y me miró a los ojos de nuevo. Su mirada era siniestra. Luego miré mi reloj y ya eran las seis pasadas de la tarde. Cuando volví a mirar el ya se estaba yendo. Yo seguí mi camino. Por suerte era verano y anochecía más tarde. Iba a dejar mi comida para la cena...

Fué un acontecimiento muy extraño, casi todo el camino a casa. Ese chico, esa presencia extraña. El intento de secuestro... todo fue muy extraño, me frotaba la nuca hasta llegar a casa y ponerme una bolsa de hielo, escuchar música y relajarme de una vez por todas.

0 comentarios: